Una naked deportiva con más de 140 CV en el motor y un diseño muy particular y desafiante, al más puro estilo American Café
1er. Contacto: Buell 1125 Café Racer 2009
La nueva criatura de Buell es una naked diferente a todo lo visto hasta la fecha. No se asemeja a ninguna streetfighter ni café racer conocida, y es que la 1125CR lleva impreso el particular sello de la filial deportiva de Harley-Davidson. Un sello muy de allí, muy americano, si bien su motor V-twin es producido en Europa.
Partiendo de la más deportiva Buell 1125R, la marca de East Troy (Wisconsin, USA) ha creado un modelo de estilo café racer -eso es exactamente lo que significan sus siglas CR- muy particular que cuenta, además, con soluciones curiosas, como es el hecho de incorporar el depósito de combustible en el interior del chasis de doble viga de aluminio, o la salida de las recortadas colas de escape justo por debajo del motor, que hacen las veces de quilla, de manera que se consigue que el centro de gravedad quede más cerca del asfalto.
La firma fundada por Erik Buell, propiedad de la norteamericana Harley-Davidson desde hace una década, ha logrado con la 1125CR crear una motocicleta atractiva -nadie podrá negar que lo es; luego, que estéticamente guste más o guste menos ya es otra cosa-, muy original, fácil de conducir a pesar de contar con mucho carácter, y muy divertida. El precio, 11.990 euros, lo consideramos bastante ajustado teniendo en cuenta el producto exclusivo que se ofrece a cambio, y más aún si contemplamos lo que sus rivales del Viejo Continente piden a cambio de sus nakeds de estilo similar y/o menor potencia. No cabe duda de que la compañía tiene depositadas muchas esperanzas en la aceptación de este modelo café racer en un mercado tan tentador como es el europeo.Motor refrigerado por líquido
Helicon es el nombre del propulsor bicilíndrico que BRP-Rotax fabrica en Austria para esta Buell 1125CR y, como hemos señalado más arriba, es el mismo que monta la más deportiva Buell 1125R.
Se trata de un V-twin a 72 grados, culatas DOHC con cuatro válvulas por cilindro y refrigerado por líquido. Y esto último es la principal novedad en el seno de la marca, ya que el resto de la gama de Buell, salvo la otra 1125R de que procede la CR, está integrado por motocicletas con motores refrigerados por aire/aceite y fabricados por Harley-Davidson. Vemos así que el nuevo motor, el de BRP-Rotax, está mucho más avanzado tecnológicamente que los existentes hasta la fecha; y es que a la refrigeración líquida hemos de sumar una alimentación determinada por un sistema de inyección electrónica de combustible DDFI III, con dos cuerpos de admisión vertical de 61 milímetros de diámetro.
Este propulsor ya ha estado en nuestra redacción montado en la Buell 1125R de pruebas de la que dispusimos hace un tiempo, de modo que en su momento, la pasada primavera, ya pudimos extraer muchas conclusiones en torno a sus prestaciones y entrega de las mismas. La firma declara una potencia máxima de 146 caballos a 9.800 rpm, con un par motor de 11,3 kgm a 8.000 rpm. Tras pasarlo por nuestro banco de potencia, obtuvimos unos datos similares, aunque algo por debajo de lo que afirma Buell: 137 CV a 10.150 rpm y 10,3 kgm a 8.570 rpm� que no es poco, sino todo lo contrario
Realmente, unas muy buenas prestaciones, que al fijarnos en la gráfica que en aquel tiempo nos dibujara la Buell 1125R, pudimos observar que su curva de par es bastante plana y constante. Esto se traduce en una entrega muy lineal de estas prestaciones, sin interrupciones y, valga la redundancia, muy constante.
Y tal comportamiento lo pudimos comprobar en la reciente puesta de largo de la 1125CR. El propulsor de esta motocicleta, además de girar con una suavidad y una finura sorprendentes, entrega su potencia con mucha energía, ciertamente, aunque de una manera controlada. Es un derroche de par, de modo que por las calles de Berlín, donde tuvo lugar la presentación, no fue necesario tener que jugar con el cambio para circular por la ciudad -si bien la primera velocidad es bastante corta, ya que, según nos aseguraron los responsables de la marca, el desarrollo de la 1125CR se ha acortado con respecto al desarrollo original, el de la 1125R; con esto, en definitiva, se consigue una mejor aceleración respecto a la más deportiva 1125R, aunque se pierda algo, no mucho, en velocidad punta-. La moto respondía sin “atragantarse” en prácticamente cualquier velocidad, gracias a la generosa cantidad de par de la que hablamos.
Por el contrario, algo de lo que pecaba en la urbe la extravagante Buell 1125CR era de que el motor desprendiera demasiado calor en conducción lenta (radiadores laterales frente a las piernas) y prolongada, y que el radio de giro -es ideal que sea corto para maniobrar entre coches con facilidad- fuese algo elevado para ratonear a baja velocidad con soltura y rapidez. A esto hemos de añadir la colocación del manillar con el que sale de serie, demasiado bajo y adelantado para moverse con cierta comodidad por ciudad; afortunadamente, la firma pone a disposición de sus clientes uno más elevado, más de naked, que se puede elegir en el momento de adquirir la 1125CR en el concesionario, y sin ningún tipo de coste adicional, permitiendo una conducción más erguida.
La altura del asiento, a 775 milímetros del suelo, no supuso ningún problema para hacer pie con seguridad y mover la 1125CR con facilidad.
Frenada perimetral, efectividad asegurada
Como hemos señalado en la entradilla, la Buell 1125CR no es una moto cualquiera. Cuenta con detalles que la hacen única, y uno de los que primero salta a la vista es el sistema y los elementos empleados para la frenada, tanto para la delantera como para la trasera.
Para ello ha echado mano de un disco flotante de 375 milímetros de diámetro que va anclado de forma perimetral a la llanta. La pinza que ataca este disco es de nada más y nada menos que ocho pistones opuestos, que empujan cuatro pastillas de freno independientes. El freno trasero también es bastante particular, ya que está formado por una pinza de dos pistones que va integrada directamente en el basculante -cuando normalmente suelen estar fijadas a cierta distancia de éste, bien por medio de un anclaje convencional o por medio de uno de tipo radial-, y el disco es de 240 milímetros. Hemos de decir que de todos los elementos que componen la frenada de la 1125CR, este último, el disco de freno trasero, es el único que no se sale de los cánones establecidos, con un diámetro más extendido. El resto es todo muy “sui generis”, muy Buell.
Sí, es cierto, se sale de la normalidad en cuanto a componentes utilizados, pero ¿cómo frena esta café racer tan particular? Pues la verdad es que con un solo disco de freno delantero -más aún si es perimetral- basta para detener esta motocicleta. El único pero que le encontramos es que en el primer recorrido de la leva le falta algo de mordiente, que luego hace acto de presencia al presionar un poco más la maneta. Al margen de esto, la frenada goza de una efectividad excelente y, en líneas generales, de muy buen tacto. Eso sí, hay que tener cuidado al frenar cuando la moto está tumbada, ya que la disposición perimetral del único disco delantero hace que la motocicleta tienda a levantarse rápidamente al tirar de él.
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